¡A disfrutar!

Que al final sólo disfrutamos de la vida dos ratillos, ¡dos ratillos!

Se lo decía la dueña de una tienda junto a mi casa, una señora de unos 55 años, a una vecina de edad similar hoy a primera hora de la mañana.
Menudas conversaciones matutinas.

Entradas populares de este blog

Pedro Salinas - Si me llamaras

Joaquín Reyes - La Hora Chanante

Primera evocación