Ponga un troll en su vida (o no...)

Quería hablar un rato de los trolls, personas que se dedican a reventar foros, blogs o grupos de noticias a base de provocar e incluso insultar de las más diversas maneras.

He visto cómo dos blogs han cerrado hace poco por el efecto de trolls (o de algo peor, porque hasta en los trolls habría que hacer categorías a la vista del comportamiento de algunos...) y los he visto proliferar a medida que un blog se popularizaba.

En ese sentido el troll puede interpretarse de forma indirecta como una perversa medida del éxito de un foro, de un grupo de noticias o, en nuestro caso, de un blog. A más éxito, la probabilidad de que aparezcan trolls aumenta.

Empantanado en la red de ventanitas que abro en el firefox cada vez que me meto en la wikipedia, me ha gustado especialmente Los trolls del ciberespacio, un blog sobre trolls con su propia lista de indeseables y consejos sobre cómo enfrentarse a ellos (nunca des de comer a un troll).

Cuando empecé a postear en grupos de noticias solía caer a menudo en el error de responder a sus mensajes. Una vez incluso un troll me venció dialécticamente porque, a pesar de sus provocaciones previas, fui yo el primero en pasar a las descalificaciones. Cosas de ser primerizo. Llevo ya bastante tiempo pasando de esos elementos. Espero seguir así.

No he hablado sobre la moralidad de su comportamiento. Creo que no hace falta. Y tampoco quiero entrar a analizar sus motivaciones. La Wikipedia da unas, a mi se me ocurren otras... pero lo mejor es dejar de pensar en ellos tan pronto como descubres su existencia. Parece la única manera de que desaparezcan.

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