
Decía un profesor de literatura que tuve que al escribir prosa no deben usarse determinadas palabras. No debe cerrarse la narración ni ser excesivamente radical, por eso palabras como "nunca" o "siempre" deben manejarse con extremo cuidado y evitarse en lo posible.
Fuera de ser acertadas o no esas ideas, que comparte más de un autor, qué suerte que tengo la poesía para rebosar de siempres, nuncas y absolutos. Justo todo lo que suele escasear por aquí.