Niñas

Acabo de comprobar (en uno de esas malditas estadísticas sobre la web a las que los enganchados a esto dedicados siempre demasiado tiempo) que alguien ha entrado hoy a mi blog a raíz de una búsqueda bastante siniestra. Buscaba en msn.com "niñas desnudas" y ha ido a parar aquí por culpa de un poema precioso de Ángel González que colgué hace tiempo, y que no me importa volver a colocar aquí (podría poner un enlace, pero el poema mola):

PRIMERA EVOCACIÓN (1956)

Recuerdo
bien
a mi madre.
Tenía miedo del viento.
Era pequeña
de estatura,
la asustaban los truenos,
y las guerras
siempre estaba temiéndolas
de lejos,
desde antes,
de la última ruptura
del tratado suscrito
por todos los ministros de asuntos exteriores.

Recuerdo
que yo no comprendía.
El viento se llevaba
silbando
las hojas de los árboles,
y era como un alegre barrendero
que dejaba las niñas,
despeinadas y enteras,
con las piernas desnudas e inocentes.

Por otra parte, el trueno,
tronaba demasiado, era imposible
soportar sin horror esa estridencia,
aunque jamás ocurría nada luego;
la lluvia se encargaba de borrar
el dibujo violento del relámpago
y el arco iris ponía
un bucólico fin a tanto estrépito.

Llegó también la guerra un mal verano.
Llegó después la paz, tras un invierno todavía peor. Esa vez, sin embargo,
no devolvió lo arrebatado el viento,
ni la lluvia
pudo borrar las huellas de la sangre.
Perdido para siempre lo perdido,
atrás quedó definitivamente
muerto lo que fue muerto.

Por eso (y por más cosas)
recuerdo muchas veces a mi madre:

cuando el viento
se adueña de las calles de la noche,
y golpea las puertas, y huye, y deja un rastro de cristales y de ramas
rotas, que al alba
la ciudad muestra desolada y lívida;

cuando el rayo
hiende el aire, y crepita,
y cae en tierra,
trazando surcos de carbón y fuego,
erizando los lomos de los gatos
y trastocando el norte de las brújulas;

y, sobre todo, cuando
la guerra ha comenzado,
lejos -nos dicen- y pequeña
-no hay por qué preocuparse-, cubriendo
de cadáveres mínimos distantes territorios,
de crímenes lejanos, de huérfanos pequeños...


Imagino que el elemento que andaba a la busca de semejante barbaridad se ha llevado un chasco con este blog mojigato que por no poner, no pone ni fotos de alguna chica de buen ver, ¿o sería algún guardia civil a la búsqueda de material punible?. Si vuelve, que deje un comentario...

Actualización: Lo peor es que acabo de comprobar que no es el primero. Hay otro que buscaba lo mismo...

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