¡Vamos!


El sábado de madrugada di un paseo. El eclipse terminaba, la luna cada vez más llena prendía los contornos del campo inmaculado de Oiartzun de una luz mortecina y argentada y en comandita de tres nos sumergimos poco a poco entre la hierba húmeda, indiferentes al calar implacable del agua en zapatos, calcetines y pantalones, buscando tal vez sin saberlo, un Totoro.


Duramos 60 metros.
O menos.
Vaya calada :)

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