La desconocida

Detrás de los noes que pronuncian tus miradas,
en los intersticios de tu amor que juraste inmaculado
en juegos florales deslucidos por tu sempiterna candidez,
en las oquedades de silencio que engrendran tus palabras,
en los gestos ausentes que anuncian, funestos, que jamás mentías,
en tu pelo de promesas enredado en tus dedos de decepciones,
en tus labios siempre, porque los miro a hurtadillas o de rondón,
como si importasen lo mismo que tu frente, o tus nudillos, o una rodilla,
voy buscando siempre la que te niegue,
la que te desdiga, la que se rinda,
la que me mire con más que los ojos, la que me mire entera,
la que desconocía,
y me acompañe.

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