¡A disfrutar!
Que al final sólo disfrutamos de la vida dos ratillos, ¡dos ratillos!
Se lo decía la dueña de una tienda junto a mi casa, una señora de unos 55 años, a una vecina de edad similar hoy a primera hora de la mañana.
Menudas conversaciones matutinas.
Se lo decía la dueña de una tienda junto a mi casa, una señora de unos 55 años, a una vecina de edad similar hoy a primera hora de la mañana.
Menudas conversaciones matutinas.