Dos en la carretera
Dos en la carretera, de Stanley Donen
Hace tres años la vi en el círculo de Bellas Artes de Madrid. Una de las mejores películas de Stanley Donen. Mí favorita. Ya la había visto en vídeo varias veces. En video es divertida, inteligente, agridulce, triste, emocionante, sutil, brusca... pero en un cine te come entero.
La película muestra la evolución de un matrimonio desde que se conocen hasta su situación presente (marcada por el éxito profesional del marido y la crisis matrimonial) a través de cuatro viajes por Francia, cuatro periodos de tiempo a lo largo de más de 10 años, que se entrecruzan a lo largo de la narración mediante saltos sutiles adelante y atrás.
Para conseguir diferenciar cada momento sin problemas, dado que las sucesiones de épocas se realizan sin aviso alguno, se recurre a mostrar claramente diferenciados los coches, vestidos (con una apoteosis de Rabanne en la recta final del largometraje, en plena cumbre de lo pop, especialmente un traje de cuadros amarillos y blancos cantoso a más no poder) y peinados (especialmente en el personaje de Audrey).
La banda sonora es obra de Henry Mancini. Le dieron el Oscar por "Desayuno con diamantes" y se lo tendrían que haber dado por esta película de nuevo. Desde el arranque de los títulos de crédito la música te traslada al estado de ánimo en el que contemplar la película, nostálgico, agridulce y hermoso, del mismo modo que el diálogo inicial de la película deja bien claras sus intenciones: En un pueblo Albert Finney y Audrey Hepburn ven a una pareja de recién casados montados en un coche junto a la iglesia. Audrey dice "No parecen muy felices", a lo que Finney responde "¿Por qué deberían estarlo? Se acaban de casar".
Otro diálogo que con el tiempo adquiere auténtica dimensión en la película es el de "¿qué clase de gente es la que se sienta en una mesa y no se habla?. La gente casada". A lo largo del guión el amor, desamor, alegría, desengaño y tristeza se van fundiendo con la misma sibilina suavidad con que se funden en la vida diaria y el propio guión juega a la superposición de tiempos en un mismo escenario, como es el cambiante transcurso del viaje por Francia, para acentuar contrastes.
Un gran montaje, grandes diálogos, un Albert Finney pletórico, y Donen haciendo que todo quede perfecto...
Y Audrey Hepburn.
Siempre parecía hacer el mismo papel en sus películas, el de Audrey Hepburn. Sin embargo cada una de sus interpretaciones tenía una enorme riqueza fundada en la sutileza con que transmitía el carácter y los sentimientos del personaje. Siempre era ella y siempre era el personaje. En Dos en la carretera lo hizo igual de bien, sin necesidad de demostrar que miraba a un punto fijo en la distancia porque es ciega (detesto "Sola en la oscuridad"), con una autenticidad soberbia.
Cada vez que sale en pantalla (da la impresión que con frecuente uso de filtros... cosas de la edad supongo, dado que Finney era más joven que ella...) la llena como no he visto a ninguna otra actriz llenar, es capaz de, con los gestos más leves, con una, en apariencia, simple mirada, emocionar a todos los espectadores, admirados por esa cercanía imposible que conseguía transmitir.
Espero tener ocasión de volver a ver esta película en una sala de cine.
-Un texto interesante en castellano sobre la película en eldigoras.com.
-"Dos en la carretera" en la wikipedia.