Zapatillas

Madrid tiene un buen surtido de bares/discotecas/loquesean en los que, normalmente, ni quiero ni tengo seguro poder entrar. Son esos en los que tu aspecto determina tus derechos de acceso. Como tengo amigos más aseados que yo, los porteros son más receptivos a admitir mi entrada porque, además, siempre procuro que las zapatillas que llevo sean oscuras :P

Todo esto unido a la edad y a la certidumbre de que los tíos somos seres gregarios y nuestra conducta se altera en función del entorno que nos rodea, conduce a que la respuesta a la siguiente pregunta sea clara:
¿Por qué a un amiguete mío la novia sólo le dejó ir a una fiesta en casa de otro amigo si llevaba zapatillas blancas?.

Y más importante:
¿Por qué no se puso cualquier par de zapatos en esa casa y se fue de bares con nosotros?.

De todos modos prefiero los baretos sin porteros de mi pueblo.

Entradas populares de este blog

Pedro Salinas - Si me llamaras

Joaquín Reyes - La Hora Chanante

Primera evocación