el albur infinito

Detengo latidos y deseos.
Te miro y entiendo, aprendo
qué debo y no debo hacer y no importa
que no quieras, detengo
tu pensamiento, detengo tu cuerpo también
y así, quieta en el albur infinito del poder ser
te dejo eterna e inventada para que jamás cumplas
la promesa que entera haces,

para que no la puedas romper.

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