Aproximaciones al desarraigo

Acabo de leer un gran texto de Michel Houellebecq.
Pertenece a uno de sus libros, publicado en el 2000 en España, El mundo como supermercado.
Un breve extracto para que podáis valorarlo:

"La publicidad es la última tentativa hasta la fecha. Aunque su objetivo es suscitar, provocar, ser el deseo, sus métodos son, en el fondo, bastante semejantes a los que caracterizaban a la antigua moral. La publicidad instaura un superyó duro y terrorífico, mucho más implacable que cualquier otro imperativo antes inventado, que se pega a la piel del individuo y le repite sin parar: "Tienes que desear. Tienes que ser deseable. Tienes que participar en la competición, en la lucha, en la vida del mundo. Si te detienes, dejas de existir. Si te quedas atrás, estás muerto." Al negar cualquier noción de eternidad, al definirse a sí misma como proceso de renovación permanente, la publicidad intenta hacer que el sujeto se volatilice, se transforme en fantasma obediente del devenir. Y se supone que esta participación epidérmica, superficial, en la vida del mundo, tiene que ocupar el lugar del deseo de ser."

El texto completo está aquí. Exige atención y reflexión sobre su significado y sus implicaciones y podría ser muy discutible su completa concordancia con la realidad pero, ya solamente en una primera lectura, me ha aportado perspectivas completamente nuevas sobre la interpretación de la tecnología dentro de la sociedad y sobre nuestra deriva vital.

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