Boy meets girl
Una vez Billy Wilder tuvo, en ese primer sueño que a veces nos tiene atontados y nos hace sentir a las puertas de un descubrimiento decisivo, o tal vez mientras dormía profundamente, una idea perfecta para una película. Al instante se despertó, tomó el block de notas que tenía en su mesilla para situaciones como ésa, garabateó aquella revelación, dejó el block y se durmió satisfecho. Mañana tendría la mejor idea esperando a ser leída.
Al día siguiente leyó:
La vida últimamente se me arremolina un poco alrededor de ese chico y esa chica. Y cómo hubo entre ellos una presentación ("Hola, soy yo, ¿qué tal?"), hubo un nudo ("Te quiero") y un desenlace ("Adiós"). Todos los buenos relatos lo cumplen.
Avanzo y vacío de arena mis bolsillos, camino ligero. Mientras, mi fondo se hunde purulento y no hay Chihiro que me ayude.
Busco viejos recuerdos y los encuentro. No me satisfacen. Descontento con el presente, el pasado no se vuelve un lugar mejor, sólo un lugar irrecuperable.
Recibo algo, doy algo y sigo mi camino.
Hola, adiós y en el camino algunos te quiero.
Al día siguiente leyó:
"Chico conoce chica"
La vida últimamente se me arremolina un poco alrededor de ese chico y esa chica. Y cómo hubo entre ellos una presentación ("Hola, soy yo, ¿qué tal?"), hubo un nudo ("Te quiero") y un desenlace ("Adiós"). Todos los buenos relatos lo cumplen.
Avanzo y vacío de arena mis bolsillos, camino ligero. Mientras, mi fondo se hunde purulento y no hay Chihiro que me ayude.
Busco viejos recuerdos y los encuentro. No me satisfacen. Descontento con el presente, el pasado no se vuelve un lugar mejor, sólo un lugar irrecuperable.
Recibo algo, doy algo y sigo mi camino.
Hola, adiós y en el camino algunos te quiero.