Phillip K. Dick. La realidad no es lo que era
En realidad nunca fue... real.
O sí...
Phillip K. Dick es de esos escritores que, por dedicarse al género al que se dedicó, y tal vez por recurrir a un estilo narrativo bastante convencional (personal, muy personal, cómo negarlo pero marcado siempre por un ritmo vigoroso, tratando de captar la atención del lector con mecanismos que, con el tiempo, se hacen notar) nunca ha sido elevado a los altares que yo le he deparado siempre, desde que lei por primera vez UBIK, y que una y otra vez he ratificado con libros como Sivainvi, Radio libre Albemut, Los tres estigmas de Palmer Eldritch o incluso Lotería Solar.
Acabo de terminar de leer "Los tres estigmas de Palmer Eldritch", donde de nuevo un relato futurista más o menos convencional se encamina desde un principio al thriller para con el tiempo convertirse en algo mucho más complejo, más personal, lleno de cuestiones acerca de la naturaleza de la realidad, de las religiones, de nosotros, que puede llegar incluso a desconcertar a quien no haya leido algunos otros libros o relatos de Dick.
Hace poco leía una crítica sobre el libro (no recuerdo la web), en la que se subrayaba la confusión que puede generar, por la profusión de ideas y la forma de exponerlas (lo cual es habitual en Philip K. Dick, aquí un comentario sobre Ubik que incide en ello). No estoy de acuerdo en que Dick sea confuso, nunca lo ha sido para mí salvo en Sivainvi. Muestra mundos en los que el avance tecnológico no ha sabido paliar el desencanto a la angustia humanos, donde los personajes son ruines, envidiosos, sufren, aman y dudan y se enfrentan a desafíos que frecuentemente los superan. Y detrás de todo ello siempre hay algo mayor, trabajando, construyendo esta realidad, u otra, algo que no entendemos ni vemos con claridad pero podemos notar, todo ello bajo una pátina de intriga y acción y todo, pese a los detractores de su narrativa, muy bien contado.
Y para acabar, una firma navideña que usé alguna vez hace ya unos años en el grupo de noticias es.rec.ficcion.misc, guiño para los lectores de Ubik y preludio al desembarco navideño que comienza:
Amparo, ves a por un poco de turrón Ubik al supermercado.
Turrón Ubik, sienta de nuevo las navidades con la ilusión que le embargaba de niño.
Turrón Ubik, navidades blancas y felices.
Recuerde consumir Turrón Ubik sin exceder las cantidades diarias recomendadas.
O sí...
Phillip K. Dick es de esos escritores que, por dedicarse al género al que se dedicó, y tal vez por recurrir a un estilo narrativo bastante convencional (personal, muy personal, cómo negarlo pero marcado siempre por un ritmo vigoroso, tratando de captar la atención del lector con mecanismos que, con el tiempo, se hacen notar) nunca ha sido elevado a los altares que yo le he deparado siempre, desde que lei por primera vez UBIK, y que una y otra vez he ratificado con libros como Sivainvi, Radio libre Albemut, Los tres estigmas de Palmer Eldritch o incluso Lotería Solar.
Acabo de terminar de leer "Los tres estigmas de Palmer Eldritch", donde de nuevo un relato futurista más o menos convencional se encamina desde un principio al thriller para con el tiempo convertirse en algo mucho más complejo, más personal, lleno de cuestiones acerca de la naturaleza de la realidad, de las religiones, de nosotros, que puede llegar incluso a desconcertar a quien no haya leido algunos otros libros o relatos de Dick.
Hace poco leía una crítica sobre el libro (no recuerdo la web), en la que se subrayaba la confusión que puede generar, por la profusión de ideas y la forma de exponerlas (lo cual es habitual en Philip K. Dick, aquí un comentario sobre Ubik que incide en ello). No estoy de acuerdo en que Dick sea confuso, nunca lo ha sido para mí salvo en Sivainvi. Muestra mundos en los que el avance tecnológico no ha sabido paliar el desencanto a la angustia humanos, donde los personajes son ruines, envidiosos, sufren, aman y dudan y se enfrentan a desafíos que frecuentemente los superan. Y detrás de todo ello siempre hay algo mayor, trabajando, construyendo esta realidad, u otra, algo que no entendemos ni vemos con claridad pero podemos notar, todo ello bajo una pátina de intriga y acción y todo, pese a los detractores de su narrativa, muy bien contado.
Y para acabar, una firma navideña que usé alguna vez hace ya unos años en el grupo de noticias es.rec.ficcion.misc, guiño para los lectores de Ubik y preludio al desembarco navideño que comienza:
Amparo, ves a por un poco de turrón Ubik al supermercado.
Turrón Ubik, sienta de nuevo las navidades con la ilusión que le embargaba de niño.
Turrón Ubik, navidades blancas y felices.
Recuerde consumir Turrón Ubik sin exceder las cantidades diarias recomendadas.