Eres el mapa incógnito de mis quimeras,
de las promesas homéricas,
cantos exaltados de hambrientas sirenas
en la certidumbre imposible de la poesía,
olvidado y postrero reducto de la razón,
allá donde ninguna razón llega.

Tejes y destejes la suerte inasible de nuestros días,
planteas la misma ecuación irresoluble que sin yo pedirlo solventas
y quiebras física y química, niegas toda naturaleza,
hasta alumbrar el imposible que resuelves en el albor de mi alma.

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