Jonás (II)

"Las aguas me rodeaban hasta la garganta y el Abismo me cercaba;
las algas se enredaban en mi cabeza.

Yo bajé hasta las raíces de las montañas:
sobre mí se cerraron para siempre los cerrojos de la tierra;
pero tú me hiciste subir vivo de la Fosa, Señor, Dios mío."


Me emociona este pasaje de la Biblia. No porque hable de Dios, habla de mi vida, porque en más de una ocasión he sentido cómo alguien me salvaba de un abismo. Un abismo como tantos otros, uno de esos que a veces cruzan nuestro camino.

También en mi vida he tenido quien actuó así:

"Tú me arrojaste a lo más profundo, al medio del mar:
la corriente me envolvía, ¡todos tus torrentes y tus olas
pasaron sobre mí!"
.

En ocasiones fue para bien, en otras para mal.

A veces esa misma persona me salvó, otras me salvé yo (si acaso no nos salvamos y hundimos siempre solos, en este hiperindividualismo ramplón que comemos, respiramos y sudamos hoy).

Por otro lado, el de Jonás, completo, es uno de los pasajes que más aprecio de la Biblia, porque habla de un ser todopoderoso autoritario, rencoroso, inmisericorde, mezquino, cruel.

Un Dios al que adorar y temer y obedecer siempre.

Un Dios terrible.

Un Dios todo amor, un Dios, lo dicen muchos de otros seres todopoderosos, autoritarios, rencorosos, inmisericordes, mezquinos y crueles, que trae la paz, la prosperidad, la concordia. Que es bueno, y bienintencionado y nos endereza la vida y el espíritu para hacernos mejores personas.

El misterio que quiero desentrañar pronto o tarde es qué abismo cruza la mente de todos esos que adoran a semejantes hijos de puta.

Comentarios

  1. Desde el abismo este de aburrimiento en que ando me ha dado por probar a pinchar de nuevo en albemut y ¡qué sorpresa! ver que ha vuelto a abrirse al público. Aunque parece que no acaba de coger ritmo... bueno, por ahora ha merecido la pena: ¡bonito dibujo éste! y esfuerzo de memoria con Harry y Aquiles (esfuerzo inútil ¿qué posición defendía y por qué?) pfff, paciencia, paciencia.

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