En un banquete que a principios del año 1894 celebraron los fabricantes de productos químicos de París, el famoso profesor Berthelot, ex ministro de Instrucción pública, cuyos trabajos en materia de química orgánica y termo-química son de incontestable e incontestada autoridad, pronunció un brindis muy notable en el cual describió los progresos de cuyos beneficios disfrutará la humanidad, gracias á las ciencias modernas, en el año 2000, por ejemplo. Expuso primero lo realizado por la química en el corto espacio de los últimos decenios, la fabricación del ácido sulfúrico, de la sosa, el blanqueo y el tinte de los tejidos, el azúcar de remolacha, los alcaloides terapéuticos, el gas, el dorado y el plateado, etc. ; luego habló de la electroquímica que transformo completamente la metalurgia, la química de los explosivos que suministra nuevas energías a la industria minera y a la estrategia; las maravillas de la química orgánica en la producción de colores, perfumes, remedios terapéutic...