Perpetua
En este blog solo queda el recuerdo de que una vez fue un blog. Un blog con seguidores, escasos pero tan reales como internet permite, donde unos y otros leíamos y éramos leidos compartiendo anonimatos, cuando escribir aún era relevante. Hoy los enlaces a otros blogs, los pocos que aún quedan, son ecos de lo que fue, restos abandonados a su suerte que perviven gracias a la indiferencia de la red. Y así, mis mensajes, que ya solo miran atrás para observar esa memoria perpetua y mutable. Para despedirme siempre de lo que era y de lo que no fui. Del mismo modo, vuelvo cada verano a la casa en el pueblo de mi abuela, varada para siempre en su muerte y en su memoria y las inevitables y forzosas reformas que ahora hacemos hacen aún más dolorosa la perenne despedida, la misma que no termino de llevar a término aquí pues siempre estuve cómodo en estos monólogos solitarios.